domingo, 18 de febrero de 2018

ENTREVISTA DE LA REVISTA DIGITAL "CAMINOS DE TINTA"

“Mi lucha personal en Buenos Aires es que se respete la tonada”

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La directora y actriz Laura Cuffini ha presentado más de diez obras. Le gustaría dirigir en su tierra natal.

A Laura Cuffini le gustaría dirigir en San Luis.

—¿Hace cuánto que integra el “Grupo Ojcuro”?, ¿cuántas piezas ya ha dirigido?
—Formo parte del Grupo desde el 2007. Soy directora técnica de la Compañía y dirigí en Teatro Ciego la obra para chicos Quiroga y la Selva Iluminada, que transitó este año su cuarta temporada y de la que también soy autora. Como directora he dirigido más de diez espectáculos pero no realizados en esta técnica. Me encanta la dirección. Como soy actriz, me gusta encontrar el potencial de los actores y ayudarlos a que lo desarrollen, caminos nuevos que quieran recorrer. Disfruto mucho de la gente creativa.
Laura vive en Buenos Aires desde el 85. “Siempre me siento provinciana y amante de mi terruño. Voy saludando a los vecinos por la calle, me gusta tomar el fresco en la vereda. Me gusta vincularme con las personas”, expresa.
A los 13 años debutó en el teatro, gracias a una profesora de Literatura, Rosana Patire, que decidió armar en Frías, Santiago del Estero, una compañía amateur. “Primero, teatro leído con ‘Bodas de Sangre’, de Lorca. Pura pasión. Luego estrenamos ‘La novia de los forasteros’ de Pedro Pico. Me fascinó. Sentí esa cofradía que es un elenco y me enamoré. Luego comencé en Tucumán a estudiar con Elba Naigeboren, una gran actriz que me hizo percibir el placer de la actuación”, cuenta la dramaturga puntana.
El teatro la acompaña desde la adolescencia pero su primer amor es la literatura. “Empecé a escribir poesía a los 8 años y fui transitando otros géneros hasta que egresé como dramaturga, en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático (hoy UNA). En el presente, todos mis amores artísticos se dan la mano y hacen de mi la persona que soy”, indica.
—¿Recuerda algún lugar insólito donde se le ocurrió una obra? ¿En algunas de sus obras está el dilema de la persona del interior que vive en las grandes ciudades?
Pienso en teatro, es como una deformación imaginaria. Recuerdo estar dirigiendo una adaptación del hermoso cuento de Borges, “La intrusa”.  Una adaptación propia que lamentablemente no pudo ver la luz porque existen instrucciones muy precisas de Borges sobre ese cuento. Yo que soy una atrevida escribí la versión teatral y la empezamos a ensayar. No me gustaba el final. No tenía la contundencia necesaria. Tan obsesionada estaba con este conflicto que se encarnó en sueños y lo resolvió mi subconsciente. Vi claramente lo que debía suceder. Me encantó despertar y saber cuál era el camino. Cuando los actores actuaron la escena  por primera vez sentí una emoción extraña. Se estaba encarnando un sueño.
Como autora, me gustan los conflictos interiores, los paisajes geográficos de las emociones. Cada obra que escribo me gustaría actuarla. Pienso los espacios y la puesta. Es bajar a palabras la propia puesta como punto de partida de la creación. Después, quien tome ese texto, hará lo que considere, pero desde mi escritura hablo de colores, de texturas lumínicas que dan sentido al resultado final. Escribo para actores. Para ese placer que es la transformación en escena, la posibilidad de mostrar mundos secretos, íntimos ante los espectadores.
—¿A qué autores o directores vuelve con frecuencia?
Son muchos y muy variados. Leo novelas, teatro, comic, libros de autoayuda, ja. Lo que me caiga en las manos. Me encanta el terror: Stephen King, Clive Barker. Estoy terminando de escribir una novela de terror psicológico, de fantasmas. Me fascina el erotismo: Bataille, Gioconda Belli. El teatro: Storni, Copi, Gambaro,Beckett, Medina Onrubia, Shakespeare, Strindberg, Marechal, tantos… Ahora estoy leyendo fascinada las obras completas de Agüero, que se editaron recientemente y que me regalaron en la Feria del Libro. ¡Que personalidad tan maravillosa tiene nuestro poeta!
—En su blog “Textos salvajes” además escribe poesía. ¿Piensa sus piezas en términos poéticos?
Para mí la poesía es imágenes. Es la virtud de decodificar en palabras las imágenes interiores. Mis personajes usan la palabra para trasmitir sensaciones y percepciones. Nuestra bella lengua está muy achicada, más hoy en día con la escritura digital. Me gusta usar viejos términos olvidados y construcciones verbales con pretérito perfecto compuesto. Me gusta esa complejidad del lenguaje que aún pervive en las provincias.
—¿Le gustaría dirigir en San Luis?
Sin duda, me haría muy feliz. Tuve la oportunidad de dar clases de dirección y actuación y conocí artistas arriesgados y súper talentosos. Con actitud creativa y con propósitos. Actores que pensaban en poesía. Me encantaría trabajar en espacios naturales, al aire libre, con la luz maravillosa que tiene nuestra tierra. Y con tonada. Es mi lucha personal en Buenos Aires. Que se respete la tonada. Que no se obliguen al actor a cambiar su habla a castellano neutro. Que no se cercene una parte del espíritu y que reconozcamos la variedad de nuestros modos del habla, nuestros modismos, para enriquecer nuestra cultura y definirnos a nosotros mismos.

Nota para CdTAcrílico.
Etiquetado con teatro

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